Este ciclo escolar se debe guardar en la
memoria de todos los intervenimos, directa e indirectamente, en el proceso de
enseñanza-aprendizaje. Sin lugar a dudas, será el principio de cosas nuevas y
la repetición incesante de muchas similares a las que hemos atestiguado en los
últimos meses: el encierro forzado por cuestiones de salud o seguridad social,
compras de pánico, descuido de nosotros mismos y de nuestras responsabilidades,
simulación, vagancia justificada en casa, uso y abuso de redes sociales,
pretextos para no hacer; y, después de las calificaciones, la creencia de que
no importa cumplir con nada, igual no pasa nada… Pero sí pasa.
Pasa que te vuelves flojo sin excusas,
hasta que tienes que enfrentarte en solitario a la realidad, pasa que quienes
justificaron tus explicaciones para no cumplir, tarde o temprano se van a
hartar de tus mentiras que aprendiste de ellos, pasa que no tendrás con qué dar
frente a tu futuro, ni cómo explicar tu camino coartado por ti mismo, pasa que
los “más mensos, los que sí entregaron todo” te toman la delantera y saben tu
secreto porque te encargaste de gritarlo a voces. Pasa que te pasa todo y no
llegas a nada… ¿qué feo verdad?
Los corajes de tu mamá porque le quitaste
el celular para hacer tus tareas, será algo que no olvidaremos; las veces que
maldijo a los maestros porque siguen cobrando sin hacer nada, se verá reflejado
en tu carácter y en tus propias palabras cuando seas mayor; las ocasiones
-espero que muchas- que se sentó a tu lado, ya fuera para supervisar tu trabajo
o para aprender y recordar sus propias clases contigo, será tu recompensa y la
de ella. Te lo puedo asegurar, cada momento en casa, entre todos, lograron
construir momentos que nadie va a olvidar, aunque habrá quienes lo quieran
ocultar.
Tendrás la oportunidad de seguir
creciendo, de avanzar, de aprender cosas nuevas y recordar otras que ya sabías;
algunos brincarán a la prepa, otros no, pero seguirán su camino lejos de la
escuela secundaria -aunque pasen junto a su barda o vayan a dejar lonche-. Y ese
camino, que no parece tan distinto al de los demás, será sólo tuyo, nadie te
acompaña, tú lo haces con tus decisiones, con tus ganas, con lo que sabes y lo
que aprendes.
En la
vida, cuando uno empieza su camino, lo primero que hace es tirar a la basura el
mapa que te dan tus padres y la escuela para empezar a dibujar el propio. Eso
es bueno si sabes cómo hacerlo. Debes tener claro que no se llega lejos en la
vida basado en lo que ya sabes, pues para avanzar se requiere aprender lo
necesario para salir del lugar en el que te sientes cómodo por ahora, para
buscar nuevos escenarios construidos sólo para ti.
Lo importante, apunta esto, es lo que
viene para ti y los tuyos; no necesariamente la meta, esa tal vez se modifique
mientras andas, no; lo importante es el camino, lo que te queda son las
canciones que cantas, las fotos que tomas y guardas, las personas que conoces y
con quienes platicas, lo que comes y lo que bebes ¡vaya! Cada cosa que pruebas:
experiencias, vivencias, formas nuevas de decir o de escuchar, de leer o de
escribir, de dibujar, de cantar y de contar, es lo que se queda contigo para
siempre, tal como nos ha pasado a todos este ciclo escolar.
Nos vemos algún día.